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Celia Fernández "La disciplina es fundamental, pero sin machacar a las personas"

Comenzó con 8 años y hasta los 20 estuvo compitiendo. Tuvo un parón durante un tiempo y a los 24 años volvió a competir durante esa temporada. Posteriormente dejó la competición, pero continuó entrenando en este deporte que tanto nos gusta. Ha estudiado ingeniería técnica de telecomunicaciones, y su profesión actual es consultora farmacéutica y High diver.


¿Por qué elegiste la Gimnasia Artística?

Cuando era pequeña, era muy movida y me encantaban los monos. Perseguía a mi madre diciéndole que quería hacer gimnasia de monos, de la de subirse a todas partes. Mi madre se puso a buscar que actividad era la que más me podría encajar y encontró la gimnasia artística. Y parece que dio en en el clavo, porque desde entonces no he parado, en un formato u otro, gimnasia, acrobacias, circo…


¿Qué destacas de tu carrera como gimnasta?

Los comienzos fueron geniales, entre los 8 y los 11 años formé parte de un equipo de gimnastas. Fue muy intenso, entrenábamos mucho y cada campeonato nacional lo disfrutaba al máximo, ¡para mí era como si fueran unos JJOO!

También destaco los campeonatos de Selecciones Autonómicas (por esa época era una competición independiente de otras, donde se hacía una selección de las gimnastas que iban a representar al equipo de cada Autonomía en el Campeonato Nacional de Selecciones Autonómicas). Al no tener un equipo por ese entonces, disfrutaba muchísimo de ese momento, me sentía abrazada por mis compañeras.

Las horas en el gimnasio, las risas y el cachondeo en los entrenamientos es algo que siempre he saboreado mucho. Hacia el final de mi carrera como gimnasta de competición me encantaba el poder estar en los 3 roles: entrenadora, juez y gimnasta.


¿Cómo fue la retirada de la gimnasia artística?

Me sigo considerando gimnasta a día de hoy, nunca he tenido una retirada oficial en la que dijese "esto se ha acabado". Hasta podría ocurrir que… ¡volviese a competir! Si me lo propongo o proponen… nunca se sabe. Todavía no me he retirado.


Ahora te dedicas profesionalmente al High Diving... ¿cómo te adentraste en este nuevo deporte?

Todo empezó después de trabajar en el espectáculo “The House of Dancer Water” (espectáculo acuático de la compañía de Franco Dragone). El primer casting que hice fue con 19 años. Teníamos que hacer pruebas de fuerza, resistencia, acrobacia, saltos en piscina. Hice hasta 3 veces el casting, y me cogieron con 24 años. Al acabar la gira regresé a España y me planteé ¿y si me apunto a saltos? Por cambiar de deporte, porque la gimnasia la tenía un poco ya… quemada. Así que encontré un grupo máster que entrenaba en la piscina del Mundial (Sainz de Baranda) y allí comencé a entrenar de forma continuada con un grupo de gente muy diverso. Al año siguiente, habiendo adquirido más destreza y técnica, me presenté al casting de la compañía de circo Dragone, me cogieron, realicé su formación en Bélgica durante unos meses y posteriormente me fui a trabajar con ellos a China.


¿Te ha beneficiado el haber sido gimnasta en esta nueva etapa como deportista?

En general, sí, por supuesto. La base acrobática, la disciplina, la mente… es todo lo que me ha dado la gimnasia. Pero, por otro lado, no me ha beneficiado, ya que la técnica es diferente, así que ando continuamente luchando contra la técnica de la gimnasia mientras trato de integrar la de saltos. Esto en las competiciones me perjudica, ya que no soy tan fina como otros/as saltadores. Pero claro, hay aspectos que están ahí, que me ayudan enormemente como las referencias espaciales, la concentración, la conciencia del cuerpo...


¿Cómo se ve el mundo deportivo una vez que dejas de ser niña para convertirte en adulta?

Cuando era más pequeña no era tan consciente del placer que me daba realizar mi deporte. Ahora disfruto más cada segundo, saboreo mucho más todo lo que vivo. El hecho de tener una vida adulta, donde hay menos tiempo para dedicarle a lo que te gusta, donde todo va más acelerado, me permite disfrutar de los instantes que me regala el deporte.


¿Qué papel ha jugado la figura del entrenador/a a lo largo de tu trayectoria deportiva?

Para mí siempre ha sido muy importante, pero al mismo creo que hay que darle la importancia justa. Silvia y Julia, las personas que me formaron como gimnasta, las que me dieron la base, ellas siempre han hecho que todo este camino se convierta en un disfrute. Había disciplina y mucho respeto, por supuesto, pero con la vista puesta en nosotras, no en los resultados que se podían conseguir. Hacían que cada entrenamiento nos dejase un buen sabor de boca. El trabajo y el esfuerzo estaba ahí en cada entrenamiento, pero dejando una huella de placer, no de dolor. Después he tenido diferentes entrenadores, que me han dado algo, han sido importantes, pero no es igual que mis primeras entrenadoras, las que me dieron la base, las que me acompañaron durante tanto tiempo. Mi entrenador actual me apoya mucho, me va muy bien cuando me acompaña a las competiciones, sobre todo me ayuda a centrarme, dejo de preocuparme de algunas gestiones y papeleos, y favorece que pueda gestionar mejor la parte emocional.


Celia, ¿quieres compartir con nosotras/os alguna reflexión sobre el deporte?

Creo que es bastante más sano marcarse metas más cercanas, día a día, en lugar de tener que darlo todo y machacarte por un objetivo súper lejano, como puede ser llegar a un equipo nacional o participar en unos JJOO. Te permite disfrutar más del momento que vives. Si no esperas algo muy grande en vistas al futuro, si no lo consigues… no hay decepción ni frustraciones. También entiendo que para llegar lejos, hay que verse realizando objetivos a medio/largo plazo. Considero que se saborea mucho más el deporte cuando no se espera nada, y se reciben cosas increíbles gracias al trabajo y la entrega de muchos años.


La disciplina es fundamental, pero sin machacar a las personas. Hay que tener en cuenta que cualquier deporte no es lo último en la vida. Mejor que sea una carrera de fondo que dure muchos años, que apostar todo a una sola carta, y que todo se acabe en poco tiempo porque no has alcanzado ese objetivo que un día te marcaste como único.


Respecto a la gimnasia en sí, creo que hay que continuar cambiando las cosas. Hacer entrenamientos más técnicos en lugar de tanta repetición donde se machaca al cuerpo. También hay que mejorar la comunicación con los/as gimnastas, que se las tenga en cuenta, es una forma de afianzar la confianza hacia todas las direcciones. Escuchar lo que sienten, hablar entre los entrenadores de como mejorar aspectos psicológicos y no sólo técnicos, e integrar a los padres y madres en la vida deportiva, y también social, de su hija/o.


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